Rubén Blanco, el niño prodigio del Celta

21 de mayo de 2015
Foto: M. Moralejo
Todo sabemos que el fútbol es uno de los deportes más injustos que existen, donde la memoria futbolística es francamente escasa: pocos se acuerdan de los buenos momentos, mientras que los errores se magnifican sobremanera. Quizás la demarcación en la que más se cumple esta afirmación es la de guardameta, cuyos aciertos son flor de un día, mientras que un fallo puede corresponder un punto de inflexión muy duro en la carrera del cancerbero. Un ejemplo ilustrativo de esto lo tenemos en Íker Casillas, el mejor guardameta español de la historia, cuyo futuro está en entredicho por una afición que escasamente es capaz de echar la vista atrás.

Y es que, como en el caso de los defensas, se ha desarrollado el concepto de 'portero del siglo XXI'.. La mítica frase de Alfredo Di Stefano ("No le pido que pare las que van dentro, pero no se meta las que van fuera") se queda obsoleta. Los grandes Clubes buscan guardametas distintos, donde la figura del portero activo -capaz de anticiparse a la jugada en vez de ampararse en sus reflejos- está en constante auge. Además, es básica una calidad técnica mínima que permita al equipo iniciar jugada desde campo propio.

Rubén Blanco en su etapa en el Santa Mariña
Y hoy pasa por el Rincón de Berto el guardameta que, bajo mi punto de vista, posee las mejores cualidades para ser el portero que defienda durante muchos años las redes de Balaídos. A pesar de estar viviendo este año a la sombra de Sergio Álvarez, más pronto que tarde el puesto en la portería será suyo. Estamos hablando de Rubén Blanco, guardameta del primer equipo del Celta.

Rubén Blanco Veiga (Mos, 25/07/1995) comenzó con tan sólo seis años de edad su andadura en el fútbol en las filas de la UD Santa Mariña, un club clásico de formación en el área viguesa. Allí permaneció hasta el primer año de infantiles, compartiendo vestuario con Yelko Pino o Brais Méndez, ahora compañeros suyos en el Celta. En el equipo de Cotogrande llegó a ganar una Liga y una Copa en la misma temporada.

Rubén empezó a sobresalir en la portería desde muy pequeño. Tal fue su evolución, que el FC Barcelona estuvo a un paso de llevárselo a la Masía. Sin embargo, Toni Otero (por aquel entonces entrenador de alevines en el Celta), que lo conocía y sabía de su calidad, convenció a su familia para que se quedara en Vigo y fichara por el conjunto celeste.

Llegó a la Madroa con casi doce años de edad, y desde entonces ha estado formándose y mejorando día a día como guardameta, casi siempre compitiendo con jugadores mayores que él. Su gran explosión como portero le llegaría en la temporada 2011/2012. Comenzó la temporada en el Juvenil División de Honor, pero sus grandes actuaciones le valieron una oportunidad en el Celta B en Segunda División B, de la mano de Pichi Lucas. Sin embargo, una inoportuna lesión de Yoel -portero del primer equipo- le hizo subir otra categoría para sentarse en el banquillo del Celta en Segunda División y, todo esto, con 16 años. La vida le cambiaría al joven Rubén, que a pesar de su precocidad entrenaba casi diariamente con la primera plantilla.

Siendo todavía juvenil de segundo año, en la temporada 2012/2013 ya era titular indiscutible con el Celta B, descendido a Tercera División. Así lo fue durante gran parte de la temporada, hasta que otra lesión -de Sergio, suplente por aquel entonces- le daba la oportunidad de ir con la primera plantilla de nuevo. Estuvo varias semanas siendo un habitual en el banquillo del Celta, pero nuevamente otra lesión -de Javi Varas, el titular- ponía en jaque la temporada del Celta.

Rubén Blanco fue uno de los héroes en la milagrosa permanencia de la temporada 2012/2013
El club vigués estaba en una situación agónica, en la que se jugaba la permanencia en Primera División, y la tenía que resolver un chaval de tan sólo 17 años. Como si de un veterano se tratase, Rubén aguantó estoicamente sin encajar un gol en 135 minutos ante Valladolid y Espanyol, haciendo paradas de mucho mérito. Su frialdad fue asombrosa, y sin duda fue uno de los protagonistas en la milagrosa salvación del conjunto que por entonces dirigía Abel Resino.

Tras la llegada de Luis Enrique a Vigo, Yoel y Sergio Álvarez ocuparon las dos plazas en la portería del primer equipo, por lo que el cancerbero de Mos tuvo que regresar al Celta B otra temporada más, en su último año como juvenil. Durante la temporada 2013/2014 tan sólo pudo disputar un encuentro de Copa del Rey ante el Athletic de Bilbao con el primer equipo, donde el Celta cayó goleado por 4-0.

A lo largo de su carrera, Rubén ha sido un fijo en las categorías inferiores de la Selección Española desde los 16 años. Ha sido internacional en las categorías sub-16, sub-17, sub-18 sub-19 (disputando el Europeo de Lituania en 2013 y la Ronda Élite en Balaídos el año pasado) y sub-20. Además, su estelar progresión ha sido reconocida por los premios del Fútbol Draft de los años 2013 y 2014, formando parte del once de bronce.

Rubén Blanco, un niño con guantes de oro

Foto: Corbis Images
El pasado verano, tras la llegada de Eduardo Berizzo, dio el salto al primer equipo del Celta con apenas 19 años. En pretemporada pugnó con Sergio Álvarez por el puesto de titular, pero la constancia, trabajo y esfuerzo del 'Gato de Catoira' le valieron para gozar de su primer año bajo los palos en Primera División.

Rubén ha vivido un año prácticamente en blanco, pero que le ha valido para aprender y madurar como futbolista. Disputó los cuatro encuentros de Copa del Rey esta campaña, pero ha recibido dos grandes noticias esta temporada. Fue convocado por primera vez con la Selección Española sub-21 en Agosto de 2014, debutando el 31 de Marzo de 2015 ante Bielorrusia en un partido plácido que terminó con victoria por 4-0 para el combinado español.

Además, ha sido premiado por tercer año consecutivo en los premios del Fútbol Draft, ascendiendo esta temporada hasta el once de plata de este popular galardón.

Rubén Blanco tiene unas condiciones innatas para la portería. Con sus 1'88 metros de altura, va muy bien en el juego aéreo: tiene un gran salto, es ágil y elástico. Posee un excelente juego de pies -tanto con pierna derecha como con la izquierda-, con un blocaje de balón muy seguro y una gran facilidad para estar correctamente posicionado.

Foto: Marta Vigo
Quizás su gran virtud es la pasmosa tranquilidad que transmite a la defensa. Es un portero con personalidad y carácter, con un aplomo y una seguridad en sí mismo dignos de todo un veterano, nunca se pone nervioso ante grandes partidos. Además, tiene una madurez y una seriedad que asombran a su edad, y una capacidad de aprendizaje altísima.

A todo ello hay que sumarle que es un guardameta con enormes reflejos, con una capacidad de reacción muy instintiva y que pocos porteros a su edad tienen. No es fácil encontrarle un punto débil a Rubén Blanco, creo que es un portero muy completo y que cuando alcance su madurez futbolística será realmente complicado anotarle un gol.

En mi opinión, tras ver muchos partidos tanto juveniles, como de los combinados internaciones, creo que es el mejor portero joven que hay en España, incluso por delante de Kepa Arrizabalaga. Tiene unas cualidades excelentes para triunfar en la élite, y creo firmemente que va a ser el guardameta de futuro del Celta, y quién sabe si de la Selección Española.

Por el momento está viviendo una temporada de aprendizaje, disfrutando de la oportunidad ser un miembro a pleno derecho del primer equipo. Él mismo ha reconocido en varias ocasiones que "la suplencia es necesaria en la carrera de un futbolista". Pero cuando se le dé la oportunidad de defender la portería del Celta, estoy seguro que el niño prodigio de A Madroa sorprenderá a propios y extraños.

VÍDEO: Rubén Blanco - Futuras estrellas desconocidas



Publicado por Berto Carballo