Diego Alende, un central con madera de líder

10 de diciembre de 2015
Diego Alende, durante un encuentro de Liga con el Juvenil A la pasada campaña
"Todos los entrenadores hablan sobre el movimiento, sobre correr mucho. Yo digo que no es necesario correr tanto. El fútbol es un juego que se juega con el cerebro. Debes estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado: ni demasiado pronto, ni demasiado tarde". Johan Cruyff.

Es curioso que esta frase de un hombre como Johan, acostumbrado al éxito, uno de los estandartes del fútbol total de la 'Naranja Mecánica' holandesa y, quizás, el precursor del fútbol de posesión y 'tiki-taka' que vemos hoy en día, sea tan sumamente remarcada.

No es para menos, pues -podríamos llamarlo así- el 'principio de la idoneidad o el lugar adecuado' es la base del éxito en muchas carreras de grandes futbolistas. Hay ejemplos a patadas de futbolistas que, habiendo logrado el éxito, pudieron haberse quedado en meros espectadores de no haberse dado una serie de circunstancias. Incluso futbolistas muy prometedores a edades tempranas, no consiguieron llegar lejos por no haber incurrido determinados factores. La calidad o la proyección de futuro no es garantía de nada.

La vida profesional de un futbolista joven puede dar muchos giros. Tales como que un canterano, que hace apenas dos años era mediocentro y que llegó al Celta como delantero goleador, ha debutado con el primer equipo jugando como defensa central, un puesto en el que apenas lleva desempeñándose dos años. Estamos hablando del juvenil Diego Alende, reciente debutante con el primer equipo en la máxima categoría.

Alende, en un encuentro ante el Real Madrid
Diego Alende López (Santiago de Compostela, 25/08/1997) tiene tras de sí una historia muy curiosa que comenzó en el Ciudad de Santiago, un club de fútbol base que, tras sufrir apuros económicos, pasó a denominarse en la actualidad Atlético Fátima. Toni Otero, entonces director de las categorías inferiores del Celta, puso sus ojos en el joven santiagués.

Diego ficharía por la disciplina celeste en edad benjamín, una categoría extinta en el club por aquel entonces, lo que le obligó a estar un año entero sin poder jugar y tener que entrenar durante toda esa temporada con los mayores. Ya en alevines, Alende empezó a jugar en la demarcación de delantero, hasta que los técnicos de A Madroa vieron en él buenas dotes para desenvolverse en la sala de máquinas del centro del campo.

Alende vivió la mayor parte de su periodo formativo como centrocampista: dos años en infantiles, y otros dos siendo cadete. Durante este último año llegaría su primera convocatoria con la Selección Gallega, acudiendo con el combinado sub-16 al Campeonato de Selecciones Autonómicas que tuvo lugar aquella temporada en Canarias.

El verano de 2013 fue el punto de inflexión en su carrera. El Celta tenía un déficit de defensas centrales en el Juvenil A, y una de las soluciones fue probar a Diego Alende en esa posición. El zaguero, en su primer año como juvenil, vivió un año de adaptación a la categoría bajo las órdenes de David Sierra. Aunque disputó algún encuentro con el Juvenil B ese año, acabó ganándose un puesto formando pareja de centrales con Manu Bugallo en el Juvenil A.

Tras un año difícil en el Celta B, David de Dios regresaba al Juvenil A para volver a ver un Celta campeón, después de finalizar en segunda posición la temporada anterior. Con una hornada de juveniles impresionante, el Juvenil A se proclamó campeón de Liga y tuvo un gran papel tanto en Copa de Campeones como en la Copa del Rey.

El éxito de aquel equipo se basó en la solidez que transmitía en defensa, además de un poderío ofensivo aplastante. Mucha culpa de este buen hacer en la retaguardia se le puede atribuir al espectacular crecimiento futbolístico de Diego Alende. El central pegó un cambio físico importante, lo que hizo florecer una gran presencia física sobre el resto de jugadores.

Alende, en uno de sus primeros entrenamientos con el primer equipo
El santiagués se consagró esa temporada en la Selección Gallega sub-18 (ya había sido convocado el año anterior, siendo de primer año), y a principios de dicha temporada 2014/2015 fue acudiendo a entrenamientos con el Celta B. Su rendimiento en el tramo final de la temporada no pasó desapercibido para Eduardo Berizzo, que debido a las bajas de varios defensores del primer equipo lo convocó ante el Sevilla en uno de los últimos partidos de Liga, celebrado en el Municipal de Balaídos.

El joven zaguero, que por aquel entonces tenía 17 años, no pudo debutar, pero su figura no cayó en el olvido del 'Toto'. El técnico argentino se lo llevó con el primer equipo para preparar la pretemporada. En un verano inolvidable para él, el Celta anunció la renovación de Diego Alende hasta 2020, ya con ficha del filial a pesar de tener un año de juveniles aún por delante.

Su presencia con el Celta B fue escasa en este inicio de temporada, con apenas cinco partidos jugados, en contraposición con su continua presencia en los entrenamientos con el primer equipo. El hecho de estar jugando ya en Segunda B con apenas 18 años le valió una convocatoria con la Selección Española sub-19, que nunca llegaría a celebrar: Berizzo se lo llevó a Almería para el partido de ida de dieciseisavos de final de Copa del Rey.

Alende no pudo disputar ningún minuto, pero tres días después disfrutaría de su debut oficial con el primer equipo ante el Real Betis. Sus primeros minutos en la máxima categoría fueron difíciles, pues entró en el centro de la zaga debido a la expulsión de Jonny. El Celta no logró llevarse los tres puntos del Benito Villamarín, pero sí que pudo contemplar el debut de uno de los canteranos más prometedores.

Un central con madera de líder

Alende destaca por su anticipación, concentración y sobriedad en defensa
David de Dios, su gran valedor la temporada pasada, lo definió así en declaraciones a La Voz de Galicia: "Es un central muy fuerte, y aunque ves su constitución y da la impresión de que es un poco lento, no es así. Y el balón lo maneja bien. Diría que no es un central de 10 en algo pero sí de 8 en todo". Quizás esta última frase defina al zaguero santiagués.

Diego Alende es un central que destaca por sus buenas dotes de mando, un jugador con un nivel de implicación muy grande y que todo entrenador querría tener en su equipo. Aporta carácter, espíritu competitivo y ese afán de superación que ha ido ligado a lo largo de su carrera.

Como futbolista posee unas cualidades defensivas enormes, muy superiores a la mayoría de centrales de su edad. Es un jugador muy concentrado en el juego, y su pasado como mediocentro le dota de un buen sentido táctico. Destaca enormemente por su juego aéreo y anticipación, dos cualidades que a buen seguro calaron bien hondo en el ojo analítico de Berizzo.

En el uno contra uno es un jugador difícil de superar. Físicamente no lo parece, pero no es lento en carrera y sabe muy bien cómo medir los tiempos. Sacando el balón jugado es un jugador muy sobrio, no tan elegante como otros pero casi siempre eligiendo la salida más favorable para el destinatario del balón.

Alende se estrenó en Primera con apenas 18 años
Muchos lo comparan con David Costas, puesto que ambos debutaron con el primer equipo ante el Betis en el Benito Villamarín, tras una expulsión de un jugador celeste y siendo todavía juveniles de último año. Estas similitudes no se sostienen analizando el perfil de jugador, ya que son dos futbolistas diferentes, aunque compatibles. Quién sabe -¿por qué no?- si los veremos juntos en un futuro.

Diego Alende está viviendo un momento muy importante en su carrera. Un momento en el que, como aficionados, debemos comprender su situación y apoyarle en las actuaciones que pueda tener con el primer equipo. Ya lo vimos con Costas: si pedimos rendimiento inmediato, es difícil que lo pueda dar, pero sí que estaremos plantando la semilla de un gran central para un futuro.

También tiene que ser un momento en el cual Alende dé un paso adelante. Creer en sus posibilidades, teniendo en cuenta de donde viene, y sabiendo medir los pasos que dé en su carrera. Tiene mucho camino todavía por recorrer, pero con la responsabilidad de estar preparado para lo que pueda venir. El lugar y el momento adecuado, que decía Cruyff.


Publicado por Berto Carballo