David Costas, un marinero que sueña con ser capitán

16 de abril de 2015
Foto: Óscar Vázquez
En el mundo del fútbol, el salto al profesionalismo es una etapa que todo futbolista tiene que quemar. Tarde o temprano, los jugadores prometedores de las grandes canteras reciben la oportunidad de su vida, en la cuál muchas veces influyen factores ajenos al propio futbolista. Además, no es la misma exigencia la que tiene un imberbe delantero, que la que tiene un defensa (o un guardameta). En el caso de los segundos, los errores -que recordemos, forman parte del proceso de aprendizaje- se miran con una lupa excesiva, mientras que los delanteros suelen gozar ese llamado margen de error.

Por tanto, el trabajo de un buen defensa nunca será bien visto en un deporte como es el fútbol, en el cual lo que más se nos vende es aquello que entra por los ojos. Sin embargo, yo soy un fiel escudero de estos jugadores, a los que en el siglo XXI se les exige cada día más. Ya no basta con ser contundente y tener un buen juego aéreo, sino que se les pide una técnica depurada, velocidad y anticipación ante las marcas y ser el primer jugador en montar el juego desde la línea defensiva.

David Costas en su etapa en el Chapela CF
Y hoy pasa por el Rincón de Berto el futbolista que, bajo mi punto de vista, posee las mejores cualidades para ser un grandísimo central del siglo XXI no sólo del Celta, sino que me atrevería a decir que del panorama nacional. Está pasando por un momento difícil en su carrera, pero saldrá seguro de esta. Estamos hablando del central del primer equipo, David Costas.

David Costas Cordal (Chapela, 26/03/1995) recibió en una escuela de fútbol sala las primeras lecciones para poder jugar con el aplomo, la frialdad y la confianza que le caracterizan. En benjamines subió a entrenar en el campo del Chapela CF, equipo desde el cuál llegó a la cantera del Celta hace nueve temporadas para formar parte de los alevines. Allí en A Madroa, dónde coincidió con muchos de sus actuales compañeros, llamaría la atención desde el primer día, llegando a jugar en la Selección Gallega alevín.

Su progresión a través de las categorías inferiores celestes fue magnífica, pero su gran año fue la temporada 2012/2013. Siendo juvenil de segundo año, Costas creció junto a sus compañeros para cerrar una campaña fantástica para el Juvenil A, proclamándose el mejor de la historia del Celta.  La primera vez que subí a la Madroa para ver en directo a un tal Yelko Pino, bajé maravillado tras la actuación de este gran central.

El zaguero chapeleiro fue uno de los pilares absolutos de este gran juvenil, compartiendo pareja en el centro de la zaga con un David Goldar que corregía sus puntuales despistes. Junto a él, tras arrollar y conseguir récord de puntos en Liga, realizó una excelsa actuación en la Copa de Campeones de ese mismo año, donde el Celta se proclamó subcampeón. David de Dios (entrenador del Juvenil A por aquel entonces) no dudó en calificar a David como "el defensor que vi en los últimos diez años con más claridad para salir con el balón. Va a ser un grandísimo jugador si él quiere".

Foto: X.R. Castro
Su carrera crecía a pasos agigantados. Maravilló a Paco Herrera y a Abel Resino, entrenando ese mismo año con el primer equipo, a la vez que gozaba de sus primeras llamadas con la Selección Española. Cerraría esta gran temporada siendo titular y uno de los más destacados con el Celta B en la promoción de ascenso a Segunda División B, un logro -el del ascenso- que el filial celeste conseguía en la difícil cancha del Arenas de Getxo.

Sin embargo, el punto de inflexión de su carrera llegaría en Junio de 2013. El Celta oficializaba la contratación de Luis Enrique como técnico del primer equipo. El asturiano trató a David Costas como uno más desde el primer día que hizo la pretemporada con los mayores, a pesar de tener ficha con el filial.

La confianza de Lucho no quedó ahí, y el joven zaguero debutó en Primera División en la segunda parte del partido de Liga ante el Betis, en el Benito Villamarín. En el minuto 77 sustituyó a Augusto Fernández. Una semana después, el 31 de agosto de 2013, debutaba como titular con el Celta en Balaídos, ante el Granada.

Costas, en una nube de fútbol total, disputó siete partidos consecutivos como titular. A pesar de contar con menor protagonismo en la segunda vuelta (propiciado por el gran nivel de Gustavo Cabral y el fichaje de Íñigo López), David acabó la temporada con 1200 minutos de experiencia en Primera División a sus espaldas. Recordemos que todavía era juvenil.

A su vez, fue nombrado como el mejor central joven de España en los Premios Fútbol Draft 2014, cerrando una temporada inolvidable tras recibir una nueva llamada con la Selección Española sub-19 para disputar la Ronda Élite en Balaídos.

Un marinero que sueña con ser capitán

La temporada se las prometía felices para el central vigués. Eduardo Berizzo, nuevo inquilino del banquillo de Balaídos, decidió hacerle ficha con el primer equipo y formar parte plena y exclusivamente de la plantilla de los mayores. Nada más lejos de la realidad. La temporada para Costas está siendo muy complicada: buena muestra de ello es el hecho de que todavía no ha disputado ni un minuto en Liga.

David Costas es una de las grandes esperanzas de los técnicos de la RFEF
Sus únicas aportaciones esta temporada se han reducido a dos encuentros de Copa del Rey (jugando fuera de su posición, en el lateral derecho) y una convocatoria con la Selección Española sub-21 en el mes de Noviembre.

El futbolista berete ha estado en el ostracismo para Berizzo todos estos meses, pero lo peor es que no ha tenido ninguna oportunidad para reivindicarse. De hecho, el Sabadell se interesó por su cesión en el mercado de invierno; sin embargo el Club vigués desecharía esta opción ante el riesgo de dejar huérfana la posición de central. Nuevamente, otro golpe hacia este joven chaval. Es muy difícil ponerse en la piel de Costas, pero la sensación que describiría en este caso es impotencia.

A pesar de esta temporada infausta para él, en mi opinión sigue siendo una de las joyas de la Cantera del Celta. En todos los años que llevo viendo fútbol base no he visto ningún central con su manejo del esférico. Su desparpajo y convicción para sacar el balón jugado desde atrás atrae a cualquier espectador. Posee un desplazamiento de balón en largo tan efectivo como estético, y es capaz de romper líneas conduciendo el balón.

"Un paso atrás para dar das hacia adelante". A veces las cosas no salen como uno desea, y como bien dije antes un futbolista profesional necesita conjugar varios factores para llegar y asentarse en la élite. En el caso de David Costas, su velocidad, su anticipación, su gran capacidad técnica le permitirán optar a ser el central prototipo del siglo XXI que necesita el Celta. Si es capaz de hacerse fuerte ante la adversidad, seguir trabajando sin desmayo y aprovechar cada oportunidad que tenga, estoy seguro que en unos años veremos a este humilde marinero capitanear la defensa celeste.


Publicado por Berto Carballo