La superpoblación de centrocampistas de A Madroa

17 de septiembre de 2015
Brais Méndez, Álex Rey, Óscar Martínez y Solís, centrocampistas del Juvenil A
La 'Factoría A Madroa' ha sido conocida durante los últimos años por ser una gran fábrica de guardametas y laterales: Yoel, Sergio, Rubén Blanco, Hugo Mallo, Jonny... y anteriormente los Míchel Salgado, Jorge Otero y compañía hicieron ver que el Celta puede considerarse un verdadero especialista en la elaboración de futbolistas de alto nivel en estas posiciones.

Sin embargo, los que estamos pendientes de la actualidad de las categorías inferiores celestes sabemos que hay una posición en constante auge. Un puesto donde no paran de aparecer futbolistas tallados bajo el mismo patrón, donde prima la calidad, imaginación y fantasía sobre el físico o la experiencia. Estamos hablando de la posición de 'centrocampista', en la cual hay un constante goteo de 'jugones' que merecen una mención en esta sección.

Este artículo me surgió a la mente tras acudir al último partido del Celta Juvenil A, en el cual el técnico David de Dios alineó, nada más y nada menos, a seis centrocampistas en las posiciones ofensivas. Brais Méndez, Ube y Álex Rey ocuparon el centro del campo, mientras que Óscar Martínez, Solís y Hugo Pintos se repartieron el tridente ofensivo. Estos tres, aunque pueden adaptarse a ese puesto, son de naturaleza centrocampista o incluso de mediapunta, si bien su carácter asociativo y finalizador les permite desarrollarse correctamente en esas posiciones.

Este hecho habla a las claras de la gran cantidad de jugadores con los que cuenta el conjunto vigués en estas posiciones, en contraposición con la figura de 'extremo' que escasea tanto en A Madroa como en el fútbol moderno. Una posición en la que es interesante analizar los tres diferentes perfiles de futbolistas que hay en el esquema táctico de todos los conjuntos de las categorías inferiores del Celta.

A Madroa, eterna fábrica de 'jugones'

La base del triángulo del centro del campo la forma un 'Mediocentro posicional', que es el encargado de sostener al equipo, iniciar las transiciones ofensivas y mantener el orden en el medio. Aquí el más característico es Borja Fernández (1995), quién a lo largo de los años ha ido retrasando su posición para favorecer sus virtudes: apenas pierde balones, aporta mucha fluidez en la elaboración de la jugada y posee arrancadas con balón fruto de su poderoso físico.

Pape Cheikh (1997) y Álex Ube (1998) son mis otros jugadores favoritos en este puesto. El senegalés, campeón de Europa sub-19, puede desenvolverse como interior debido a su buena destreza técnica y llegada al área. El segundo, que todavía está fisicamente por hacer, posee una riqueza táctica impresionante, es un jugador que entiende la jugada antes de que el balón le llegue a los pies. Internacional con España sub-16, es un jugador que, si evoluciona como se le presupone, dará muchísimo que hablar.

En el perfil de 'Mediocentro organizador' podríamos encuadrar a la mayoría de centrocampistas del Celta, pero el que más destaca -bajo mi punto de vista- es Jordan Domínguez (1995). El jugador del filial lo tiene todo para llegar a Primera División: es un jugador muy versátil (a veces eso no le permite gozar de continuidad en su puesto), con una gran facilidad para hacer juego y mejorar a sus compañeros.

Generacionalmente por detrás de él se encuentra Hugo Pintos (1997), que desde que está en el Juvenil A se ha acostumbrado a jugar tirado a banda, pero que posee unas cualidades magníficas para jugar en esa posición. Álex Rey (1998) y Martín Fuentes (1998), ambos internacionales con España sub-16, son dos jugadores con perfiles diferentes pero a la vez complementarios. El primero está llamado a ser uno de los nombres propios de la Cantera esta temporada.

Podría decirse que el último puesto es el de 'Mediapunta' o 'Interior ofensivo'. La figura más representativa aquí es Yelko Pino (1996) que, a pesar de vivir un año un tanto convulso, buscará seguir con su progresión en el Swindon Town. El de Bembrive es uno de esos jugadores que raramente se ven en el fútbol base, capaz de ver pases inverosímiles y cuya responsabilidad en el juego es tal que, teniendo un día bueno, es muy difícil que el equipo no gane.

Otro de los más destacados en esta posición es Brais Méndez (1997), un jugador que posee una zurda prodigiosa y que se puede desempeñar con fiabilidad en varias posiciones del frente de ataque. En cuanto sepa asumir esa calidad que tanto atesora deslumbrará. Dos años más pequeño es Óscar Martínez (1999), un joven centrocampista que esta temporada ya forma parte del Juvenil A. Hay muchas esperanzas puestas en su futuro.

Sobra decir que el talento y versatilidad de estos jugadores les permite alternarse entre estos perfiles, más aún cuando hablamos de jugadores tan jóvenes y todavía fáciles de 'moldear'.

Una posición muy superpoblada

El hecho de tener tantos jugadores de enorme calidad es, a la vez, una ventaja y una desventaja. El lado positivo de esta continua producción de minicracks permitirá al Celta disfrutar de los mejores y los más completos. Sin embargo, y aquí está el lado negativo, no todos estos jugadores llegarán al primer equipo.

Es algo tan duro de asumir pero cierto a la vez, pues la enorme competencia hará que el proceso de selección sea muy complejo. Algunos jugadores como Jota, Denis Suárez o Fede Varela tuvieron que irse por motivos muy distintos, y nadie duda de la capacidad de estos tres futbolistas.

A su vez, los nombres mencionados en la parte de arriba sólo son una pequeña muestra de todo el potencial que realmente hay en A Madroa. Borja Peña (1996), Salgueiro (1998), Luca e Isma (1999), Álvarez, Miguel y Santi (2000)... la lista es muy larga y cada vez más y más numerosa.

¿Cómo solucionarlo? La clave está en el primer equipo. En cuanto no se produzca una transición dinámica y fluída, el tapón que se irá formando en esta posición será cada vez mayor. Veremos jugadores que quizás se vean estancados, que se diluyan por el camino o que se acaben yendo a otros clubes donde vean más segura su participación.

Como dije anteriormente, es imposible que todos logren el paso definitivo hacia el primer equipo, pero el Club es quién tiene que saber marcar las pautas para que cada uno dé el salto en el momento adecuado. Como siempre, la confianza, paciencia y una buena gestión de los recursos por parte de -sea quién sea- el entrenador del primer equipo resultará clave para que muchas de estas jóvenes promesas consigan alcanzar el objetivo.


Publicado por Berto Carballo