Iván Villar, el guardián de O Morrazo

14 de abril de 2016
Iván Villar, durante un encuentro de Liga esta temporada
A lo largo de su longeva historia, el Celta ha contado con muchísimos guardametas magníficos. Unos más valientes, otros muy seguros, habilidosos, llenos de reflejos o más espectaculares. Desde el 'Loco' Fenoy hasta José Manuel Pinto, pasando por auténticas figuras como Javier Maté, Santiago Cañizares, Richard Dutruel o Pablo Cavallero, todos los que han vestido y defendido las mallas de Balaídos han escrito su pequeña historia dentro de un club con más de noventa años de vida.

La llegada de Carlos Mouriño a la presidencia del Celta supuso una valiente y decidida apuesta por gente de la casa en un contexto muy difícil. Poco a poco se comenzó a invertir más tiempo y recursos en la mejora de profesionales e infraestructuras de la Cantera, lo que favoreció la creciente aparición de talento que aprovecharía el primer equipo para subsistir en Segunda División.

Una buena muestra del crecimiento de la 'Factoría A Madroa' se vio reflejado, como no podía ser de otra forma, en la aparición de talentosos guardametas. Sergio Álvarez y Yoel Rodríguez fueron muy importantes en el regreso a Primera División. Rubén Blanco, un año más tarde, salvó al Celta del descenso con una prodigiosa actuación con 17 años. Este y el 'Gato de Catoira' son los guardametas del EuroCelta 2.0, una portería 100% autóctona que habla a las claras del concienzudo trabajo que se realiza en las categorías inferiores.

El Celta, sin duda, tiene a los mejores guardametas de Galicia. La metodología activa de trabajo permite seguir moldeando porteros con unas características determinadas, cada vez más preparados para poder seguir la hoja de ruta que han marcado Yoel, Sergio y Rubén en los últimos años. Hoy en 'Rincón de Berto' hablaré de uno de los firmes candidatos a ocupar la portería del Celta en los próximos años, que está siendo una de las gratas sorpresas de esta temporada y en quien el club tiene muchas esperanzas depositivas. Estamos hablando de Iván Villar, guardameta del Celta B.

Iván Villar, en un entrenamiento con el primer equipo
Iván Villar Martínez (Aldán, 09/07/1997) llegó muy joven a las categorías inferiores del Celta. Lo hizo en la temporada 2007/2008, procedente del Rápido Bahía. Toni Otero, entonces director de las categorías inferiores del Celta y máximo valedor del cancerbero, puso sus ojos en el joven morracense en un torneo celebrado en Cangas para incorporarlo al Alevín B.

Tras su paso por alevines e infantiles, la progresión de Iván comenzó a acelararse al llegar a cadetes. En esta etapa coincidió con una gran generación de futbolistas (Diego Alende, Brais Méndez, Hugo Pintos o Yelco Alfaya, entre otros) y comenzó a llamar la atención de la Selección Gallega, siendo uno de los pesos pesados del combinado sub-16 tras disputar el Campeonato de Selecciones Autonómicas dos años consecutivos.

El guardameta de Cangas, a quien se le empezaba a quedar pequeña la categoría, fue titular con el Juvenil B en Liga Nacional aún siendo cadete de segundo año, una temporada en la que empezaba a acudir a sus primeros entrenamientos con el Celta B. Sería el comienzo de un gran 2013 para Iván Villar, que en ese verano daría el salto al Juvenil A a pesar de ser de primer año. Fue titular durante la primera vuelta y compitió por el puesto con Ángel Fraga, guardameta fichado esa misma temporada tras debutar con el Racing Villalbés en Tercera División con tan solo quince años.

Así las cosas, las lesiones de Rubén Blanco y Óscar Santiago adelantaron de forma fulgurante el debut de Iván en Segunda División B. El guardameta dispuso de sus primeros minutos en la categoría de bronce con apenas 16 años. Lo hizo en la victoria por 1-0 ante la Cultural Leonesa, jugando los noventa minutos y dejando la portería a cero para romper una secuencia de tres partidos en los que el filial había encajado trece goles.

Asimismo, la temporada 2013/2014 supondría su estreno como internacional español. Tras debutar con España sub-17 ante Bélgica, participó en varios amistosos y entrenamientos oficiales con el combinado nacional durante esa temporada. Además, entrenó en varias ocasiones con el primer equipo a las órdenes de Luis Enrique y fue el guardameta titular del Juvenil A en la Copa del Rey.

El Celta no tardó en darse cuenta de la meteórica carrera del joven cancerbero y, al comienzo de la temporada 2014/2015, la entidad lo blindó con un contrato por cinco temporadas. Iván Villar respondió con una temporada soberbia, en la que el Juvenil A se proclamó campeón de Liga y tuvo un gran papel tanto en Copa de Campeones como en la Copa del Rey.

Iván se estrenó esta temporada con la Selección Española sub-19
El éxito de aquel equipo se basó en la solidez que transmitía en defensa, además de un poderío ofensivo aplastante. Mucha culpa de este buen hacer en la retaguardia se le puede atribuir a la espectacular madurez futbolística de Iván, que puso el candado a la portería del Celta: el equipo encajó únicamente 19 tantos en Liga.

El de Aldán se consagró esa temporada en la Selección Gallega sub-18 (ya había sido convocado el año anterior, siendo de primer año), además de comenzar a alternar entrenamientos con el Celta B y el primer equipo. Su rendimiento en el tramo final de la temporada no pasó desapercibido para Eduardo Berizzo, que lo citó para preparar la pretemporada con los mayores.

El salto definitivo en la carrera del guardameta llegó esta temporada. El Celta, que no renovó a Óscar Santiago, decidió apostar por Iván Villar como portero titular del filial. A pesar de ser todavía juvenil de último año, está siendo uno de los nombres propios del Celta B en su primer año como titular en la categoría de bronce. Registra, hasta el momento, unos números bastante buenos: 2520 minutos disputados en sus 28 titularidades, diez partidos dejando la portería a cero, 39 goles encajados y dos tarjetas amarillas.

Su gran temporada en el plano individual le ha permitido recibir dos reconocimientos muy importantes. Luis de la Fuente lo convocó en dos ocasiones con la Selección Española sub-19 (debutó en un amistoso ante Italia) y, recientemente, entró en la lista de 132 seleccionados del Fútbol Draft 2016.

El guardián de O Morrazo

Iván Villar es el guardameta titular del Celta B en su último año como juvenil
David de Dios, su entrenador la temporada pasada en el Juvenil A, lo definió así en declaraciones a La Voz de Galicia: "Es un chaval echado para adelante, no tiene miedo, es atrevido y a la vez tranquilo. Le espera un gran futuro y a nosotros un gran portero".

Si hay que describir a Iván Villar, lo primero en lo que nos fijamos es su constitución: es un portero muy alto, que anda en torno a los 190 centímetros de altura. Esto no le es un impedimento para moverse en el área, ya que aprovecha su corpulencia para imponerse con solvencia en los balones aéreos. No le gusta esconderse bajo palos, es un portero valiente y que aprende constantemente, poco a poco.

Así como en los balones aéreos es muy difícil de superar, su capacidad de reacción le permite tener unos muy buenos reflejos. Esta temporada ha hecho algunas paradas realmente meritorias con el Celta B gracias a su agilidad para moverse bajo los palos, por lo que puedo decir sin riesgo a equivocarme que le ha dado varios puntos al filial durante la temporada, aún siendo juvenil.

Otra de sus cualidades a destacar está en cómo se comunica con la defensa. Es un portero que ordena mucho, no para de hablar a sus compañeros y es muy disciplinado. Además, su desplazamiento de balón es notable, tanto con la mano como con el pie, y no tiene ningún problema en ser el primer apoyo del equipo en la salida del balón. Es un guardameta muy joven, con muchas cualidades y un gran afán de superación, lo que le permitirá corregir sus defectos y madurar como futbolista.

Sin duda, estamos hablando de uno de los porteros de su edad más completos del panorama nacional. No cabe duda de que, tarde o temprano, será un guardameta con condiciones para hacer carrera profesional en Primera División. Si bien tiene por delante a dos grandes porteros como Sergio Álvarez y Rubén Blanco, el puesto de guardameta es una carrera de fondo donde no llegan los más rápidos, sino los que no claudiquen y sepan esperar su oportunidad. Y no tengo duda de que, cuando le llegue su ocasión, el guardián de O Morrazo estará preparado para aprovecharla.


Publicado por Berto Carballo