Borja Fernández, un 'arquero' con ADN Celta

25 de enero de 2017
Borja Fernández, celebrando uno de sus goles esta temporada
El mundo del fútbol está lleno de jóvenes promesas que se quedan en eso: futbolistas con un enorme potencial que no logran demostrar lo que se esperaba de ellos. Lesiones, elección de una mala trayectoria futbolística, dificultad para adaptarse al fútbol profesional, falta de confianza del club a la hora de apostar por su carrera... múltiples son las causas que lo explican.

En muchos casos, estos jugadores gozan de una aparición estelar que los catapulta a la élite siendo muy jóvenes, adolescentes en muchas ocasiones. Y, en este contexto, es donde hay que tener el máximo cuidado posible para guiar sus carreras. Esta falta de tacto hace que muchos clubes pierdan la confianza en jugadores jóvenes de mucho talento, sin darse cuenta de que cada futbolista es un mundo. Algunos son capaces de destacar de manera constante desde su salto al estrellato, mientras que otros precisan de varias temporadas de maduración para asentarse en la élite.

No es algo malo ni negativo; de hecho, es la situación más normal. En Vigo tenemos un par de ejemplos claros, sin tener que irnos a futbolistas de talla mundial. Iago Aspas no debutó en Primera División hasta cumplir los 25 años, jugando en el filial hasta los 22. Ahora en el Manchester City, Nolito jugó en la división de bronce hasta los 24 y no consiguió sacar a relucir su mejor versión hasta que llegó al Celta.

Estos son algunos de los jugadores en los que se pueden ver reflejados los jóvenes futbolistas del filial. Pero hay uno en particular que llama poderosamente la atención. Vivió su cénit en el primer equipo durante la campaña 2014/2015 tras la llegada de Eduardo Berizzo y, ahora que se encuentra en el mejor momento de su carrera, no ha disputado ningún encuentro con los mayores esta temporada. Estamos hablando de Borja Fernández, centrocampista del Celta B. 

Borja Fernández Fernández (Vigo, 16/08/1995) dio sus primeros pasos jugando al fútbol sala en el Colegio Rosalía de Castro. No tardaría en fichar por el Ureca -ahora, ED Val Miñor- donde ya comenzaba a llamar la atención. José Tizón, exentrenador del Celta y primer mentor del joven vigués en el conjunto nigranés, recordaba en una entrevista a La Voz de Galicia sus inicios en el fútbol: "Desde el primer día se comportó como un profesional, era como una esponja: inteligente, trabajador y asimilaba todo lo que le enseñábamos".

El Celta no tardó en poner sus ojos en Borja, siendo uno de los primeros jugadores de la 'Generación del 1995' en llegar al club. Aterrizó en A Madroa en la temporada 2007/2008, formando parte del Alevín A. Desde entonces su crecimiento ha sido constante, dando pasos firmes gracias al trabajo y al esfuerzo que lo caracterizan.

Los grandes amantes de las categorías inferiores del Celta coincidirán en que la temporada 2012/2013 fue la de su gran explosión como futbolista. Siendo juvenil de segundo año, Borja creció junto a sus compañeros para cerrar una campaña fantástica para el Juvenil A, proclamándose el mejor de la historia del Celta.

El centrocampista vigués fue uno de los pilares absolutos de este gran juvenil, formando generalmente en el doble pivote junto a Jordan, a quienes David de Dios (entrenador del Juvenil A por aquel entonces) definió como "los 'Borja Oubiña y Álex Lópex' del equipo". Junto a él, tras arrollar y conseguir récord de puntos en Liga, realizó una excelsa actuación en la Copa de Campeones de ese mismo año, donde el Celta se proclamó subcampeón. El técnico vigués no dudó en calificar a Borja como "un jugador con muy buena salida de balón, pierde muy pocos balones y ha ganado mucha potencia. Va a llegar arriba seguro".

El premio a su excelente temporada con el Juvenil A llegó de la mano de la Selección Española sub-19, siendo uno de los elegidos para disputar la Ronda Élite de Polonia junto a sus compañeros Rubén Blanco y Santi Mina. Más tarde, con la llegada de Luis Enrique, Borja fue uno de los canteranos elegidos para ir con el primer equipo en pretemporada, destacando su gran actuación ante el FC Porto en el Estadio do Dragão.

La campaña 2013/2014 comenzó de forma inmejorable para él, con varias citaciones con el combinado nacional, siendo llamado para disputar un torneo amistoso en Hungría. Aquella temporada fue subido al filial junto a su técnico David de Dios y varios de sus compañeros, siendo todavía juvenil de último año. Sumó un total de 2.049 minutos a lo largo de treinta partidos de Liga (23 como titular), en los cuales marcó tres goles.

Borja Fernández, en la pretemporada del 2014
La llegada de Eduardo Berizzo en 2014 supuso un antes y un después en su carrera. Borja volvió a realizar la pretemporada con el primer equipo y permaneció hasta el final del verano con los mayores, debido a la lesión de Borja Oubiña. El joven centrocampista no solo fue uno de los destacados de aquella pretemporada, sino que debutó con el primer equipo en el estreno liguero ante el Getafe CF. Días más tarde renovaría su contrato con el Celta hasta junio de 2019.

A pesar del fichaje de Nemanja Radoja -su inmediato competidor- Borja Fernández disputó 428 minutos con el primer equipo, siendo convocado por Berizzo en un total de 23 ocasiones entre Liga y Copa. Sus apariciones en el Camp Nou, Nuevo San Mamés o Mestalla le sirvieron para ganar madurez en su primer año como futbolista profesional.

Tras una nueva pretemporada con el Celta, el canterano celeste acumuló 365 minutos a lo largo de los quince partidos en los que fue convocado por el técnico argentino. A diferencia del año anterior, en el que apenas superó el millar de minutos con el filial, Borja finalizó la temporada 2015/2016 con 2.295 minutos disputados en el segundo equipo céltico.

Después de tres años en el filial, el joven centrocampista vivió una pretemporada diferente. Durante el verano formó parte de la habitual concentración con el primer equipo, pero se rumoreó con que el club le podría buscar a él y a Borja Iglesias una cesión a un equipo de Segunda División. Finalmente no se produjo ninguna salida, por lo que ambos futbolistas regresaron al filial.

A las órdenes de Alejadro Menéndez, Borja Fernández está viviendo su mejor temporada en Vigo. Es uno de los pilares de un Celta B que parece decidido a disputar el play-off de ascenso, siendo titular en 19 ocasiones hasta el momento en un doble pivote junto a Gus Ledes que otorga una estabilidad brutal al equipo. En contraposición a su gran año con el filial sorprende su nula presencia en el primer equipo, donde no ha sido convocado en ninguna ocasión.

Borja Fernández, un jugador destinado a jugar en el Celta

Borja Fernández junto a Yelko (CD Lugo), excompañero suyo en el Celta
Míchel Martínez, ahora coordinador de la Cantera y uno de los primeros entrenadores de Borja en el Celta, definió al joven jugador celeste como "un chaval muy implicado y con la cabeza asentada, dentro y fuera del campo, que no tiene pájaros en la cabeza. Siempre está preocupado por aprender, me preguntaba cómo tenía que hacer para mejorar unas cosas u otras".

Eduardo Berizzo, en la pretemporada de 2015, fue más allá en su análisis: "Tiene un comportamiento realmente ejemplar. Es el canterano a seguir. Se reflejó en Borja Oubiña, y otros canteranos deben ahora reflejarse en Borja Fernández. Es trabajador, comprometido y humilde. Entiende que su formación se desarrolla con el primer equipo y que a veces encuentra minutos en el Celta B. Acepta esa ida y vuelta y ojalá todos hicieran lo que hacen él. Es joven y de futuro. Ha entendido la idiosincrasia de cómo comportarse en esto del fútbol. Generalmente no realizo este tipo de comentarios, pero es un chico a destacar. Juega en cualquier posición, se compromete, se entrena. Tiene un comportamiento que debería ser ejemplo".

Estas declaraciones me hacen confiar en que Borja Fernández llegará al primer equipo. Quizás no este año, quizás necesite foguearse en Segunda División -quién sabe si con el Celta B- pero lo que está claro es que tiene calidad a raudales para llegar a Primera División.

El futbolista de 21 años se puede desenvolver con soltura en cualquier posición del centro del campo. A nivel técnico siempre fue un jugador de buen pase en corto, muy bien colocado siempre y que busca la mejor solución para entregar el esférico.

Tanto en el Juvenil A con Jordan, como en el Celta B con Gus Ledes, donde mejor ha rendido Borja Fernández es en el doble pivote. Tiene un físico excepcional que le permite proteger muy bien el balón y tener una gran fiabilidad en el pase. Es un jugador muy disciplinado tácticamente, a lo que suma un buen criterio en la elaboración.

Sin embargo, lo más característico del futbolista gallego es su potencia y llegada al área rival. A lo largo del partido es normal verle protagonizar varias arrancadas con fuerza desde mediocampo que permiten generar superioridades en zona de tres cuartos de campo; también son comunes sus desmarques hacia el área rival cuando se descuelga sin balón.

El doble pivote, intermedio entre el pivote único y el interior, es posiblemente la posición que más potencia las cualidades de Borja Fernández. Es un futbolista que hace que el fútbol parezca fácil, aporta fluidez al equipo, juega muy bien al primer toque y siempre da la mejor opción de pase. Un jugador muy completo que, si se dan las condiciones adecuadas, tiene capacidad para poder desarrollar carrera profesional en Primera División.

Esa idiosincrasia de la que hablaba hace año y medio Eduardo Berizzo es a la que debe aferrarse Borja como a un clavo ardiendo. Su capacidad de trabajo está fuera de toda duda pero, además, es un jugador muy joven y que tiene un talento grandísimo. La carrera de Borja Oubiña, que no debutó con el Celta hasta los 21 años, tiene que servirle de guía. Y es que, como el gran capitán, Borja Fernández es un futbolista con 'ADN Celta'.


Publicado por Berto Carballo